Foco Social Nº 4: El cuidado infantil exige más que una Asignación Universal (27/09/2013)
- En base a información del Ministerio de Salud de la Nación del año 2010, entre los niños de seis a veintitrés meses de edad, se encontró una incidencia de emaciación (peso inferior al correspondiente a su estatura y edad) del 1%, desnutrición global del 3,2%, acortamiento del 4,4% y de obesidad en un 6,4%. Asimismo, se detectó que el 34,1% de estos niños sufren anemia crónica. Antecedente que, generalmente, proviene de un deficiente estado nutricional de su madre; al respecto, el relevamiento encontró una incidencia anémica del 30,5% entre las mujeres embarazadas.
- Analizando la situación de las mujeres jóvenes (menores de 35 años) con hijos menores de 5 años de edad a su cargo para el año 2012, se encuentra que el 39% de éstas no posee ningún tipo de cobertura de salud, incidencia que alcanza al 62% dentro del quintil más bajo de la distribución del ingreso. Similares disparidades se observan respecto a los niveles educativos, ya que seis de cada diez madres jóvenes del primer quintil no pudieron finalizar la secundaria.
- Por otro lado, las oportunidades de inserción laboral también resultan disímiles. Mientras que en el quintil más alto de la distribución del ingreso el 84% de las mujeres jóvenes con hijos a cargo se encuentran insertas en empleos formales y productivos, la realidad dentro del primer quintil da cuenta de que un 69% de dichas mujeres permanecen en la inactividad, un 21% se encuentran ocupadas pero en empleos precarios e informales y un 2,8% en situación de desempleo.
- Además, las condiciones de hábitat en que se desarrollan los menores provenientes de entornos vulnerables distan de ser las adecuadas. En este sentido, se destaca que en uno de cada dos hogares del primer quintil donde habitan menores que transitan por la primera infancia, las condiciones de viviendas son deficientes. Asimismo, en el 38% de estos hogares, sus habitantes se encuentran hacinados.
- En suma, estos antecedentes dan cuenta de una situación crítica que exige la aplicación de políticas activas superadoras a una Asignación Universal por embarazo y por hijo, que incluyan un acompañamiento y apoyo a la mujer embarazada (garantizando además la ocurrencia de controles médicos periódicos y a talleres de contención), mejoramiento en las condiciones de hábitat en que crecen los menores y el diseño de políticas complementarias, como podría ser el suministro de leche fortificada entre los hogares más vulnerables.
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