Los jubilados que cobran la mínima con 30 años de aportes sólo perderían $63 mensuales en promedio, con respecto a la regla vieja (lo que, en términos relativos, representa una caída del 0,8%). Por su parte, los beneficiarios de la mínima y que accedieron por moratoria previsional resignarían $235 por mes (2,9% respecto a la fórmula antigua). Por último, el sacrificio mensual de ingresos de los beneficiarios de la AUH alcanzaría unos $20,6 (1,3% menos que con la movilidad anteriormente vigente).
Con una visión de más largo plazo, con la nueva fórmula los haberes habrían caído un 5,6%, en valores reales, entre los años 2000 y 2017. En términos acumulados, la variación de los haberes hubiera resultado de 338,6% entre 2000 y 2017, mientras que la inflación resultó 345,3% en ese período.
Si sólo se toma en cuenta el lapso en que estuvo vigente la anterior fórmula de movilidad (2009-2017), los efectos de la nueva norma resultarían prácticamente neutros en materia de poder adquisitivo, pues tanto la variación nominal de los haberes como la inflación se ubicarían en torno a 630%.
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