Hace dos semanas comenzaron a circular los bonos de cancelación de deudas (BOCADE) emitidos por el gobierno de la provincia de La Rioja, que con la denominación de CHACHOS pueden utilizarse para pagar hasta un 30% de los salarios de los empleados públicos provinciales y para cancelar deudas y pagos con proveedores y contratistas del estado provincial. Los bonos emitidos vencen el 31 de diciembre de 2024 y pagan un interés directo del 17% semestral. Los comercios que los reciben pueden solicitar al gobierno su rescate en cualquier momento.
Dado que son recibidos por el estado riojano como medio de pago de impuestos, tasas y tarifas, y por una porción del sector privado de esa provincia, circulan dentro de La Rioja como una moneda adicional al peso, una “cuasimoneda”. Según la visión del gobierno que las emite, son aceptados en las transacciones a su valor nominal y ayudan a amortiguar los efectos de la recesión y la caída del consumo en el mercado local.
¿Qué consecuencias puede tener la emisión de cuasimonedas en una provincia? En primer lugar, nunca es buena noticia que las provinciasrecurran a este instrumento, pues deteriora la credibilidad en la política monetaria nacional, al disminuir la capacidad del BCRA para controlar la cantidad de medios de pago y por ende la inflación. No obstante, hasta ahora parece una decisión limitada a La Rioja, porque otras provincias (al menos las que han publicado información fiscal en 2024), han optado por ajustar el gasto, en términos reales, ante la caída de los ingresos propios y recibidos desde Nación.
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