Sin embargo, las últimas dos semanas han aportado suficientes pruebas respecto del valor que le asigna el oficialismo a la desinflación de la economía: primero el Banco Central subió las tasas de interés y después ratificó el techo de 17 % para la meta del año. Esto pese a que el aumento del costo del dinero tiene impacto negativo sobre la trayectoria del nivel de actividad, aunque sería transitorio si la inflación comienza a bajar en forma rápida en mayo, después de un abril en torno a 2 %. Así, el Banco Central parece adquirir el atípico rol de jefe de campaña del oficialismo para las cruciales legislativas de octubre.
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