El concepto de excedente refiere a la diferencia entre el maíz que se produce y se consume en una determinada área geográfica (en este caso, provincia / departamento). Se trata de la oferta neta de cereal que dispone cada zona, que de ser positiva deberá re-dirigirse hacia otros centros de consumo, ya sea del propio mercado nacional y/o de mercados internacionales.
Conocer acerca de los excedentes, tanto dimensión como localización, es de mucha relevancia para productores y consumidores de maíz, y también para otros participantes de la cadena del cereal (transportistas, planificadores de política pública, etc.). Quienes son actualmente consumidores preferirán ofertas netas positivas, que permitan un fácil acceso a la materia prima en cualquier momento del año, menores costos de depósito y almacenamiento, y con menor presión sobre los precios de mercado. Lo mismo para quienes estén pensando inversiones en actividades de transformación (hundir capital para producir proteínas animales, alimentos a partir de procesos industriales, energías renovables); éstos buscarán, ceteris paribus el resto de variables críticas, localizaciones con excedentes importantes, lejos de niveles de saturación y/o de situaciones de riesgo donde se requiera desplazar materia prima desde orígenes muy lejanos.
Quienes son productores preferirán, por el contrario, ofertas netas cercanas a cero o mejor negativas, es decir, que el consumo sea igual o mayor que la producción, dado que esto facilitará la comercialización del cereal y fortalecerá el poder de negociación en el mercado (mejorará la condición para exigir mayor valor).
Desde lo conceptual, es de esperar que, a igual distancia a otros centros de consumo y/o puertos de exportación, el maíz valga en "origen" menos (más) mientras mayor (menor) sea la oferta neta, es decir, mientras más (menos) abundante sea el grano. A su vez, a igual oferta neta, el maíz valdrá menos (más) en la región más (menos) distante a otros centros de consumo y/o puertos de exportación. Dado lo anterior, el maíz más barato se encontrará en regiones que combinen excedentes positivos y distancias importantes a centros de consumo y/o puertos.
Además del cálculo de los excedentes, el documento incluye hacia el final una simulación de cuánto más maíz podría producirse en Argentina, suponiendo una rotación de cultivos estivales (básicamente soja / maíz) más acorde con las exigencias agronómicas de uso sustentable de la tierra. En concreto, el ejercicio supone que como mínimo el 30% de la superficie de cultivos extensivos estivales se asigna al maíz en cada una de las zonas productoras del país. La idea es cuantificar el potencial crecimiento de la producción y del excedente del cereal, para deducir luego la gran oportunidad y necesidad de avanzar en actividades de transformación, en cualquiera de sus destinos posibles, a los efectos de incrementar la generación de valor y el empleo en la cadena del cereal.