Emisión y dolarización, dos caras de la misma y devaluada moneda
Jorge Vasconcelos
El peso (y los salarios) pierden poder adquisitivo de forma acelerada y, curiosamente, las fuerzas que empujan en esta dirección son aparentemente contrapuestas. Esta dinámica tiene que ver con la política económica que aplica el gobierno, que no tiene otro mecanismo de financiación que la emisión de pesos, con una expansión monetaria de origen fiscal que en 2023 apunta a alcanzar el equivalente a 6,0 % del PIB, incluyendo todos los ítems, guarismo sólo comparable al del pandémico 2020 (7,5 % del PIB). Pero también, y paradójicamente, se alimenta de las expectativas abiertas por la promesa de dolarización. La falta de reservas hace que cualquier intento de canje de dólares por pesos tenga que concretarse a un tipo de cambio mucho más alto que el vigente en el mercado libre. Así, la emisión monetaria fuera de control se potencia por el hecho que no se puede descartar una dolarización improvisada después del 10 de diciembre, dictando la letra del réquiem del peso desde dos vertientes contrapuestas. Dos caras de la misma y devaluada moneda.
Descarga de documentación Revista Novedades Economicas |