Las oportunidades percibidas para el emprendedorismo, sin embargo, no son elevadas en comparación con otros países. La evolución decreciente de la percepción de oportunidades entre 2011 y 2014 refleja el estancamiento económico general y la recesión que afectó a muchos sectores de la economía, desanimando a una parte de los emprendedores. Pese a ello, en general Argentina se ha caracterizado por generar un entorno en el cual se percibían oportunidades en el pasado, por lo que al margen de la coyuntura actual existe optimismo a futuro.
El desarrollo de un emprendedorismo que propenda al mayor bienestar de la población puede sintetizarse en dos objetivos simultáneos: 1) incrementar la inclinación de la población hacia los emprendimientos productivos, 2) orientar a los emprendedores hacia actividades de alto potencial y gran generación de valor agregado. Tener mayor proporción de emprendedores es condición necesaria pero no suficiente. No debe perderse de vista que lo que caracteriza a las economías más desarrolladas no es la elevada tasa de emprendedorismo sino su marcada orientación a las oportunidades de generación de valor agregado.
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