• Esta realidad, distó bastante de la evolución de las retribuciones reales abonadas en países vecinos como Chile, Uruguay y Brasil. Estos países pudieron conservar incrementos reales en sus retribuciones laborales, que resultaron en un entorno de crecimiento interanual de entre un 2% y 3%.
• En suma, la apuesta por forjar mercados laborales sólidos que incentiven el empleo, la productividad de las empresas y los trabajadores, junto con un ambiente macroeconómico y productivo estable y previsible, posibilitaría sostener mejoras reales en las retribuciones laborales, un aprendizaje internalizado por la mayor parte de los países vecinos.
• Por su parte, la masa de ingresos fijos de la población al segundo semestre de 2014 se contrajo (a valores reales) en un 7,4% respecto a idéntico periodo de 2013. Este indicador compila tanto las percepciones de recursos a través del empleo, como de prestaciones previsionales y de la asistencia social en forma monetaria.
• Este hecho sucedió fundamentalmente por una caída en el valor real de las retribuciones laborales y la destrucción de puestos de empleo observada durante 2014, lo cual implicó que el componente laboral de la masa de ingresos fijos se contrajera interanualmente en un 7,9% respecto al segundo semestre de 2013. En igual sentido, la masa de recursos previsionales se contrajo en un 7,3%, principalmente por un deterioro en el valor real del haber.
• Previo a la discusión de paritarias 2015 y al incremento de los haberes previsionales en un 18% respecto a su actual valor a partir de mes de marzo, la masa de ingresos fijos de la población para el primer trimestre de 2015 podría resultar en un 4,6% inferior, a valores reales, al antecedente observado para idéntico periodo de 2014.
• Al respecto, la caída en los ingresos reales de la población se daría fundamentalmente sobre los ingresos laborales, los cuales se estarían contrayendo en un 5,4% a valores reales respecto al primer trimestre de 2014.
• En la misma comparación, la masa de ingresos previsionales estaría cayendo en un 3% en términos reales y la masa de recursos destinada a la cobertura de contingencias sociales resultaría también un 1,3% menor al periodo citado.
• El observado deterioro y fragilidad de los ingresos laborales actúa como el principal factor que atenta contra la actividad económica interna y constituye el principal antecedente de la pobreza y los principales problemas distributivos, más aun cuando los ajustes salariales asumen valores diferenciales según las visibles (y pendientes de resolver) segmentaciones existentes en el mercado de trabajo.
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