María Laura Caullo y Azul Chincarini
En 2020 el Índice de ingresos de prestadores privados de servicios de salud en Córdoba se mantuvo rezagado frente al Índice de Costos en los primeros nueves meses del año. Las erogaciones de las clínicas experimentaron un aumento interanual del 62,9% en el primer trimestre 2020, cuando el índice de Ingresos lo hizo sólo un 35,2%. En el segundo trimestre, mientras el índice de ingresos subió 24,8% interanual, el índice de costos lo hizo 42,6% (escenario 2). Recién en el cuarto trimestre el índice de ingresos sube más que el de costos del escenario 2 (15,3% versus 12,1%).
Si se quiere visualizar una situación a más largo plazo, para tener una perspectiva estructural del sistema privado de prestadores de servicios de salud en Córdoba, y no sólo en el año de pandemia, puede analizarse la evolución entre 2018 y 2020, en que se observa que el índice de ingresos subió 97% acumulado en dos años, versus 145% que lo hizo el índice de costos en el escenario 2 (efecto COVID, con ATP y suba de insumos) o 190% que lo habría hecho en el escenario 3 (sin ATP no costos COVID). Esto es, en los últimos 2 años los ingresos de los prestadores privados de salud de Córdoba subieron un 67% de lo que lo hicieron sus costos (considerando efecto COVID), relación que baja al 51% si no incluyeran los efectos del ATP y los insumos COVID.
Así, debe concluirse que la pandemia tuvo un impacto innegable en el sistema sanitario privado de la provincia de Córdoba, exacerbando la amenaza de colapso financiero. El shock del COVID-19 significó un acontecimiento desestabilizador de la actividad hospitalaria, constituyendo un obstáculo adicional a la crisis que ya existía previamente en el sistema.