• El análisis de la situación socio-económica actual (y pasada) del llamado “votante mediano”, sobre el cual presumiblemente apuntarían las plataformas electorales, permite afirmar que entre éstos se observa un mayor nivel de instrucción y mayor penetración del empleo público que en años anteriores.
• Pese a ello, se vislumbra un empeoramiento significativo en su condición socio-económica, desde 2007 hasta la actualidad. Por ejemplo, un 19% de ellos habitan en hogares pobres y con ingresos familiares que, en promedio, apenas superan en un 79% el umbral de pobreza; mientras que para 2007, el 15% habitaba en condición de pobreza y sus ingresos familiares resultaban, en promedio, más de dos veces superiores a la línea de pobreza.
• Por otro lado, es posible señalar algunas características propias de los diferentes “tipos de votantes”. En primer lugar, el llamado “voto joven” encuentra a un conjunto con alta incidencia de la pobreza y serios problemas de inserción laboral. En segundo, el voto de personas en edad laboral constituye un segmento amplio y heterogéneo, con importantes cuentas pendientes en materia de generación de empleo decente. Finalmente, el eventual voto de personas en edad inactiva es el más inquietante, ya que sobre este segmento se observó una importante contracción en la incidencia de la pobreza (con principal motivo en la Moratoria Previsional), aunque por otro lado, no se dio respuesta a viejos reclamos en materia de movilidad y determinación de haberes.
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